Esta mañana fue localizado sin vida el cuerpo de Bernardo Bravo, reconocido líder de productores limoneros en la región de Apatzingán, Michoacán.
El hallazgo, según informes preliminares, ocurrió cerca de la carretera Apatzingán-Presa del Rosario, y presentaba huellas visibles de violencia.
El caso ya es investigado por la Fiscalía General del Estado (FGE), que desplegó un equipo en el lugar de los hechos para realizar las primeras diligencias. Hasta el momento, no se ha confirmado si hay detenidos o alguna línea de investigación sólida.
Bravo se desempeña como presidente de Citricultores del Valle de Apatzingán y era también el responsable del Tianguis Limonero, un espacio donde de forma constante denunció las condiciones de violencia, amenazas y extorsiones sitemáticas que enfrenta el sector limonero en la Tierra Caliente, una de las regiones más golpeadas por el crimen organizado.
El asesinato ha generado consternación entre productores locales, quienes aseguran que Bravo había sido una voz crítica frente a los grupos delictivos que operan en la zona, y que, pese a las denuncias, el Estado mexicano no garantizó su seguridad.
Esta agresión no puede entenderse como un hecho aisado. Según cifras oficiales, la extorsión es uno de los delitos más denunciados en la región, donde grupos armados imponen cuotas a productores agrícolas, ganaderos y comerciantes. Muchos de estos casos, sin embargo, pasan desapercibidos por las autoridades.