El senador Raúl Morón Orozco trae una agenda de candidato; tiene tiempo intensificando su presencia pública en Michoacán con miras a la elección por la gubernatura en 2027; sin embargo, sus acciones ya están siendo observadas con atención por las autoridades electorales.
Y es que si el morenista incurre en actos anticipados de campaña, sus aspiraciones política volverían a verse truncadas como en 2021, cuando fue sancionado por irregularidades en la entrega de su documentación en torno a gastos de campaña electoral.
Según los trascendidos del diario Milenio, a pesar de que el proceso electoral aún no inicia formalmente, Morón ha emprendido recorridos constantes por municipios, acompañados de discursos públicos, mensajes de carácter político y una estructura de movilización que lo perfilan como aspirante activo.
Esto ha generado alertas en el ámbito institucional, ya que la legislación establece límites claros respecto a la promoción personal fuera de los tiempos electorales, los cuales habrán de comentar hacia el tercer trimestre de 2026.
Paradójicamente, el senador enfrenta hoy un escenario distinto al de su anterior campaña fallida.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con la que en otros momentos sostuvo alianzas estratégicas, ahora representa un factor incómodo e incluso adverso.
A ello se suma el hecho de que Morón ha buscado respaldo en grupos y figuras políticas rivales de Morena, particularmente del exgobernador Silvano Aureoles Conejo (prófugo de la justicia), lo que ha generado tensiones al interior del movimiento.